Érase una vez una lechera del siglo XXI que llevaba un cántaro de leche recién ordeñada sobre la cabeza, y dentro de ella, mil fantasías como éstas:
“Con esta leche haré nata y mantequilla que venderé en el mercado al doble de lo que me ha costado y con el dinero que gane compraré unos envases muy historiados para poder vender la misma mantequilla al triple de lo que me ha costado como si fuera un producto de lujo y con lo que me saque compraré otra vaca y exprimiré mis dos vacas hasta que no les quede ni una gota dentro pero no me importará porque sacaré tanto beneficio de la manteca que venda que podré comprarme diez vacas como ésas y entonces pediré un crédito al banco para montar una granja de producción en cadena y compraré no diez sino diez mil vacas e instalaré un sistema de succión que las ordeñará de día y de noche y cuando las vacas se agoten, las sustituiré por otras gracias al dinero que gane y entonces en lugar de pagar mis deudas, pediré otro crédito que el banco me volverá a dar encantado aunque no presente avales y esté endeudada hasta las cejas porque el banco se enriquece especulando con créditos de baratillo a empresarios soñadores como yo y embargando a los que no pueden pagarle pero yo no pensaré en eso, ya lo pensaré mañana como Escarlata, hoy pensaré en los anuncios que pondré en la tele y en la radio para hacer creer a la gente que mi mantequilla es mejor que el caviar ruso y como la gente la consumirá en masa podré abrir una central lechera en la que haré no sólo mantequilla sino también yogures y leche con etiquetas que anuncian milagros medicinales para la salud e incluso la eterna juventud y será tan grande mi éxito que podré abrir otras empresas pero en ellas ni siquiera venderé productos de primera necesidad sino que aplicaré mi teoría de que lo importante es el envase y venderé cosas muy bonitas que no valen para nada pero que quedan de maravilla en las estanterías y las haré de tal forma que se romperán al poco tiempo para que la gente tenga que volver a comprarlas y así la gente tendrá cosas que hacer y que comprar todo el tiempo para estar ocupados y no tener que pensar mucho en por qué y para qué compran lo que compran porque además haremos tantos anuncios diciéndoles que tienen que comprar que sentirán que tienen que hacerlo y los medios de comunicación y los políticos también les convencerán de que lo que tienen que hacer es consumir porque si no la gente como yo no podría montar empresas para venderles cosas que no necesitan, empresas en las que seguiré el mismo procedimiento de antes, exprimiré los recursos naturales hasta agotarlos y cuando se acaben compraré otros y para reducir gastos haré contratos precarios para que los costes sean mínimos y además el gobierno me echará una mano al hombro y una mano al cuello a los trabajadores porque hará un recorte de derechos al que llamará “reforma laboral” para esconder que han tirado los convenios colectivos al retrete y al trabajador con ellos y han tirado de la cadena para que la cadena siga produciendo porque lo importante es que la cadena no se rompa sobre todo por los eslabones más fuertes y gracias a eso podré deshacerme de los trabajadores cuando no rindan lo suficiente para cumplir con mis expectativas de beneficio o cuando se quejen porque no soportan un ritmo de trabajo infernal que impondré para que sigamos produciendo y además no podrán quejarse porque el jefe de la patronal, el señor Rosell dirá, bueno ya lo ha dicho, que hay que revisar el derecho a huelga para evitar que los derechos de unos lesionen lo derechos de otros y cuando dicen “otros” se refiere a nosotros a los que producimos y vendemos que hacemos que la rueda gire y gire y gire y aplaste, aplaste, aplaste…”
Y mientras se relamía imaginando esa rueda que giraba sin cesar, no se dio cuenta de que estaba moviendo la cabeza arriba y abajo siguiendo el movimiento de la rueda lo que hizo que lo que llevaba sobre ella se cayera al suelo. Pero ya no era un jarro de leche. Eran centrales lecheras, petroleras, factorías, centros comerciales, ciudades enteras, que al caer al suelo provocaron un río de leche, petróleo y productos inservibles que arrastraron a su paso todo lo que encontraron. Menos a la lechera, claro.
Y para parar esta rueda enloquecida, hoy recibimos a una de las voces más solicitadas por vosotros en los foros... CARLOS TAIBO, profesor de ciencias políticas, articulista, escritor... Voz amplificadora del 15M, crítico con la "izquierda tradicional" y punta de lanza de movimientos como el decrecimiento o el anticapitalismo. Muchos temas sobre la mesa sobre los que hoy Taibo se va a mojar: reforma laboral, huelga general, futuro del 15m, capitalismo....
Y rastreando hemos encontrado algunas alternativas de decrecientes y responsables que con calma y tesón toman un desvio para salirse de la autovía capitalista proponiendo una vida con menos cantidad pero más calidad. Son las propuestas por la cooperativa agrícolaECOSECHA, o COOP 57 que financia proyectos éticos o sociales ¿CONOCES INICIATIVAS SIMILARES? ¿PARTICIPAS EN ALGÚN TIPO DE COLECTIVO DE ESTE TIPO? ¿ERES RESPONSABLE EN TU FORMA DE CONSUMIR?
Post del blog del programa Carne Cruda
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